Título: Question
Autor: Pao-chan
Pareja: InooDai
Género: Shonen-ai
awww, es raro decir que me gusta algo que hice yo, pero en esta ocación lo diré, me gusto lo que hice... antes pensaba escribir el lemon, pero dado a mi corta imaginación no pude... asi que no le puse XDU... Total, espero que les guste (:
---Tokio, Japón. Una gran metrópoli, llena de luces, vida, de día y de noche. Las personas encerradas en su propio mundo, de aquí para allá; los rascacielos, los ruidos de una típica metrópoli; todo aquello a la vista de unos ojos tristes, sin vida, vacíos, sin esperanza...
¿A quién le importaría un chico de 18 años entre más de 8’340,000 de habitantes?Aun que era conocido en muchas partes del mundo, no se sentía conforme, eso era sólo algo exterior, a nadie le importaba lo que sentía en realidad; estaba arto de actuar como si nada le pasara, como si fuera un objeto más en la industria musical, pero es lo que es, toda su vida ha sido eso, pero cada vez se sentía más insatisfecho con lo que hacía; quería ser tomado en cuenta, quería ser correspondido a sus sentimientos, gritar y ser escuchado, llorar y ser consolado, correr y llegar a los brazos de ese alguien y ser amado.
Y ahí se encontraba Daiki Arioka, sentado en una colina de un parque a las afueras de Tokio, ya era su lugar de relajación, de hacerse las preguntas que nunca tendrán respuestas, de imaginar como sería la vida en su utopía, con él.Ya era acción diaria salir de su casa por la madrugada, ir ahí, despejarse de todo; de vez en cuando iba hacia la casa de aquél chico, sólo a hablar con él de lo que fuese, tratando de no gritarle lo que siente.
El invierno esta vez había venido con todo, calaba hasta los huesos; sentía la brizna del viento helado, se recostó sobre el césped, cerró los ojos, acarició sus labios, su cuello, sus mejillas…
-Inoo... ¿Qué soy yo para el mundo?, ¿qué es el mundo para mí?, ¿qué soy yo para ti?...
Sus lágrimas comenzaron a caer, se sentían tan heladas... ¿Qué era el mundo para él? Sólo una persona... Inoo Kei.
Tomó su bicicleta y emprendió camino cuesta debajo de la colina, volviendo a aquella fría ciudad, donde el valor más añorado, esperado, buscado por él estaba escondido: Amor.
Cruzó con gran velocidad la ciudad, entre pequeñas calles, amplios bulevares, silencio, ruido, oscuridad, luz, hasta que por fin llegó a su destino. ¿Cuántas noches había hecho eso? La escalera de emergencia estaba puesta, sonrío. Tantas noches había corrido hasta él, como un niño que recién había tenido una pesadilla buscando a su mamá... Sólo en sus brazos se sentía bien, nada importaba, todo tenía solución.
Subió tratando de no hacer ruido; entró por la ventana, todo estaba oscuro, claro, era normal que a las 2:00 A.m. las personas estuvieran dormidas. Suspiró dando la vuelta hacia la ventana...
-Sabía que vendrías.
-Inoo...
Encendió una vela, la habitación se iluminó, así, aquél chico sentado en su cama pudo ver al recién llegado. El sólo verlo a los ojos, ver sus lágrimas marcadas en sus mejillas rojas por el frío, su pelo revuelto, simplemente moría por protegerlo de lo que fuera.
-Ven Daiki.
Daiki se acercó a la cama, se sentó y como si Inoo fuera un imán lo abrazó. Inoo también lo hizo, tratando de calentar su cuerpo, tratando de transmitir todo el amor que siente pero que no es capaz de decir.
Daiki buscó lugar sobre su pecho, escondiendo su cabeza ahí.
-Inoo...
-Dime Dai.
-¿Puedo quedarme aquí?
-Claro que si- Le acariciaba el cabello.
Tomó su cabeza dándole un pequeño beso en la frente; se levantó a cerrar la ventana, Daiki se quitó la chamarra y sus zapatos, acomodándose en la cama. Inoo volvió acomodándose a un lado del menor, cubriendo a ambos con las cobijas, lo abrazó, acercándolo más a él. Amaba sentir su cuerpo junto al suyo, le encantaba que fuera con él, así podría acariciar su cabello, sus mejillas, observar su rostro, sus ojos, sus labios, aunque siempre tenía que aguantarse las ganas para no besarlo. Simplemente se derretía con su presencia.
-Inoo...- abrió sus ojos, mirando fijamente los de Inoo.
-Dime Dai.- Sonrió.
-Hazme tuyo.
-¿Qué?- Se sorprendió con las palabras de Daiki.
-No importa si no sientas nada, no acabará con nuestra amistad, no te comprometes a nada... Kei, sólo te pido que me hagas sentir querido, que me beses... Kei, te amo...
Daiki se enderezó, abrazándose las piernas, colocando su rostro sobre sus rodillas. Inoo no podía creer lo que había escuchado; había tenido demasiados sueños donde Daiki le decía que lo amaba y lo hacía suyo, pero estaba conciente de que esto no era un sueño, y el verlo ahí, con tanta necesidad de comprensión, amor, no se podía resistir... Era su Daiki, al fin y al cabo, lo amaba, y si era correspondido, ¿por qué no amarlo completamente?
Lo abrazó, haciendo que Daiki se enderezara con sorpresa; contuvo sus lágrimas y tomó aire.
-Eres la persona más importante para mí, la única persona en mi vida, no me interesa nada más... aquí estaré siempre, sólo para ti, por que eres la única persona que amo... Daiki, te amo...
Daiki volteó, pero no logró decir palabra alguna, pues los labios de Inoo se posaron de inmediato en los suyos, sólo fue un simple beso lleno de amor. Inoo comenzó a besar sus mejillas, limpiando sus lágrimas. Inoo pudo memorizar cada parte de la piel de Daiki, su sabor, su aroma; Daiki volvió a sonreír, con esa sonrisa fuera de frustraciones, y preguntas oscuras sin respuestas, pero no necesitaban una respuesta, al estar con Inoo, él era la respuesta a todo, ¿qué importaba más que él?, ¿más que el amor que le tiene y le es correspondido?
No fue vasta la noche para tantas caricias, besos, palabras llenas de amor; ninguno calló más, dijeron todo lo que por tanto tiempo fue un sentimiento guardado.
-¿Qué soy yo para ti?
-Eres mi todo, Daiki...
-Inoo-chan, te amo...
-Y yo a ti Dai-chan, te amo...
Y el mundo puede seguir siendo el mismo, mientras tú estés conmigo, lo demás sé que no va a importar...
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